Durante la historia del movimiento campesino en Colombia la consigna fue recuperar las tierras ociosas de los terratenientes y repartirla para las comunidades campesinas que las trabajen, ese planteamiento ha venido evolucionando ya que muchas de esas tierras recuperadas sufrieron los efectos de la revolución verde (monocultivos, agrotóxicos, semillas transgénicas) esto llevando a la erosión del suelo, la cultura campesina, la salud de las comunidades, la biodiversidad y la economía propia.

Las luchas mundiales campesinas nos hacen reflexionar y tomar nuevos y mejores caminos para la dignificación del campo Colombiano, es así que hoy decimos que hay que producir la tierra con alimentos saludables, cuidando de ella con técnicas de conservación de la fertilidad del suelo, haciendo nuestros propios abonos reciclando todo lo que las fincas diversas produzcan, sembrando arboles para bajar las temperaturas y hacer de nuestras fincas, veredas y territorios campesinos lugares que soporten las condiciones extremas que el clima nos impone mientras cuidamos el agua.

La SOBERANÍA ALIMENTARIA es una pelea que tenemos a muchos niveles, en nuestras fincas no es posible la producción de comida si mantenemos monocultivos (un cultivo de una sola especie) hay que diversificar sembrando lo necesario para comer sancocho y todos los platos típicos que las comunidades comemos. Hemos también reflexionado que estos alimentos deben ser agroecológicos (sin venenos y fertilizantes químicos) ya que es la principal causa de las enfermedades y de la muerte de nuestra tierra. Las semillas que deben ser producidas son las propias, la que los abuelos nos dejaron ya que estas son resistentes y generosas. El CNA cree que esa es la pelea mas fuerte por que una comunidad con conciencia y conocimiento es una comunidad soberana, para esto hay que seguir impulsando las experiencias agroecológicas y en cada nuevo territorio que recuperemos, la soberanía alimentaria debe ser una gran apuesta.

Esta pelea también la libramos con los gobiernos locales, municipales, departamentales y el nacional y sus instituciones ya que estas estructuras del estado han sido profundamente influenciadas por terratenientes y corporaciones de las semillas transgénicas y los agrotóxicos, esta pelea la desarrollamos teniendo en cuenta que el pueblo colombiano cada vez que come libra una batalla, si comemos sano y soberano vamos ganando la batalla, si comemos veneno, productos importados y transgénicos la vamos perdiendo.

Decir y hacer es lo mas importante por eso cada escuela de formación, movilización jornada de trabajo en todos los rincones del país debe preocuparse por la formación de la agroecología campesina, la recuperación de las semillas, el fortalecimiento de mercados locales campesinos, el cuidado del agua y la construcción de tejidos sociales fuertes que soporten la presión de los poderes a los que nos enfrentamos.

Sabemos que el estado de la soberanía alimentaria, en el país y nuestras comunidades debe mejorar, por eso les invitamos a sembrar, a compartir e intercambiar conocimientos, semillas y nuevas formas de relacionarnos.

SI EL HUERTO Y EL PLATO ESTA LLENO Y EN LA TIERRA NO HAY VENENO VIVIRÁ EL CAMPESINADO SERENO