Desde el Coordinador Nacional Agrario (CNA) y el Congreso de los Pueblos, saludamos y respaldamos las luchas y resistencia de los movimientos sociales de Panamá. Sindicatos, obreros, docentes, jóvenes, estudiantes, mujeres, indígenas, gremios y pueblo en general llevan un mes de en movilización y huelga permanente en contra de las políticas neoliberales. Exigen mejores condiciones laborales, pensionales y denuncian la pérdida de la soberanía de Panamá por el intervencionismo de los Estados Unidos, mediante sus bases militares.

El pueblo exige que se les respete sus derechos y rechaza el extractivismo. El capital intenta reabrir nuevamente la mina Cobre Panamá, la cual fue clausurada gracias a las movilizaciones del año 2023 en ese hermano país. La indignación actual tiene su causa en la aprobación de un contrato minero de 20 a 40 años entre el Gobierno de Panamá y First Quantum Minerals, el cual tendrá un fuerte impacto ambiental y daños considerables en el agua y el aire, así como la pérdida de biodiversidad.

Aunque las fuerzas policiales reprimen al pueblo panameño, este no cesa de denunciar la corrupción y la mafia de los políticos, quienes solo miran por sus intereses económicos. La exigencia del pueblo movilizado es que haya condiciones de Vida Digna, que haya acceso a los servicios básicos y que desaparezca la desigualdad social que atraviesa la clase popular de Panamá.

Como resultado de esta movilización popular, que ya lleva más de un mes, muchos líderes y lideresas han sufrido los embates de la policía panameña y también se han visto perseguidos. Especialmente, Saúl Méndez, integrante del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares y también de la coordinación política de Alba Movimientos, tuvo que pedir asilo para salvaguardar su vida.

Desde Colombia, respondemos con toda nuestra solidaridad ante el llamado del pueblo panameño. Con ustedes, denunciamos la violación sistemática de los Derechos Humanos y la represión policial a la que vienen resistiendo.