Delincuentes armados atacaron, la noche de este 10 de enero, un asentamiento de agricultores pertenecientes al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en Tremembé, en la Región Metropolitana de Vale do Paraíba, en São Paulo (Brasil), y asesinaron a dos militantes del movimiento, otros seis fueron heridos y uno de ellos permanece en estado grave.

Según explicó Gilmar Mauro, integrante de la Dirección Nacional del MST en un video publicado en las redes de ese movimiento, esa es “una región de muchos asentamientos, cercanos a zonas urbanas, y por tal motivo, la saña del capital inmobiliario local. Primero, invadiendo áreas de reserva forestales, y después invadiendo lotes dentro de los asentamientos, con el objetivo de transformar esos lotes en áreas de condominios, de especulación”.

“Claro –continuó denunciando el líder campesino brasileño-, esto lo hacen con la connivencia de políticos regionales y obviamente con la utilización de fuerzas militares, para la ejecución de la masacre que hicieron en el asentamiento. Las familias estaban allá para impedir la entrada de esas fuerzas militares, pero fueron atacados con un arsenal armamentístico muy grande, que -por suerte- no murió más gente. Ahora, hablamos personalmente con el presidente Lula y él anunció que pondrá a la Policía Federal a realizar las investigaciones, y que él personalmente viajará a la región. Eso es lo que la gente quiere: que sea investigado, que sea castigado y que, al mismo tiempo, las instituciones del Estado resuelvan definitivamente ese problema de las invasiones de lotes de la Reforma Agraria aquí, en el Valle de Paraíba y en todo Brasil”.

 
Sobre las 11 de la noche de ese viernes, personas armadas invadieron el asentamiento en varios coches y motos, disparando contra la gente, entre la que había niños y personas adultas mayores. Como resultado de esta acción con tintes paramilitares, ocho personas fueron heridas y, de ellas, dos resultaron asesinadas, los compañeros Valdir do Nascimento y Gleison Barbosa de Carvalho.

Desde el Coordinador Nacional Agrario, nos solidarizamos con el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra en este momento de dolor y profunda indignación. Así como en Colombia, la violencia en el campo es una de las mayores expresiones de las desigualdades históricas en Brasil, país también marcado por la concentración de la tierra en manos del capital y la negación de los derechos del campesinado. Combatir esta realidad significa luchar por la dignidad y la construcción de un país y una región donde se respete la vida. Este ataque que golpeó al Asentamiento Olga Benario del MST no solo nos entristece, sino que también refuerza la importancia de permanecer unidos en la lucha por la Reforma Agraria Integral y Popular en todo lo ancho y largo del mundo.